Domingo duerme. Yo aprovecho.
Podría hacer mil cosas pero elijo escribir. Debería estudiar, leer, incluso dormir podría ser buena idea, pero no. Es mi único momento sola y tengo que hacer que sea concientemente gratificante.
Estoy tranquila, ya no me pongo nerviosa pensando en el momento en que él despierte. Trato de disfrutarlo lo que más puedo. Hacerlo reir me hace reir.
Aunque es un poco cliché los minutos de su vida corren rápido y yo debo parar de pensar en "cuandos sea...", "cuando tenga...". Ahora es y tiene lo que no será ni tendrá en un mes más.
Es como una ley implícita: de niños queremos que crezcan, de adultos, supongo, se pide por verlos aunque sea una vez como el niño que fueron.
Mi mago se despertó...comienza la tarde... siempre igual para mi. Para él cada minuto es diferente.
¿Cómo decirle que aproveche?, ¿Cómo hacer que entienda el privilegio que es sorprenderse cada día?
miércoles, 27 de junio de 2007
lunes, 25 de junio de 2007
Como un buen comienzo
Como en todo lo que uno comienza hay cierta excitación y un dejo de temor.
La iniciativa fue producto de un aburrimiento frente a la pantalla y de insólitas ganas periodicas de escribir en el computador.
Sin embargo, creo que este espacio puede transformarse en un motivo por el cual querer llegar a la casa. No tanto como mi gran motivación, porque tengo un pequeño mago que me consume deliciosamente gran parte de mis horas diarias, sino más como un lugar personal que me permita extenderme tanto como nadie me lo permite en el tiempo real.
Por ahora dejo hasta acá esta presentación. Creo que basta para que algún insomne, que tenga bastante tiempo libre en sus desveladas noches, se cuelgue de mí y de mis palabras.
Como un buen comienzo, siempre con modestia.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)